domingo, junio 29, 2008

El cielo canta nuestros secretos.

El cielo llora, suda, lame mis pies con sus pequeñas lenguas en forma de gota. El cielo hoy parece cantar nuestros secretos: la lluvia se siente fría y cala, te hace temblar, huir a casa.

Cuando llueve me siento afuera y cuido que no se moje mi cigarro, que los pensamientos no nublen mi mirada. Sólo al cielo le sienta el tono gris, sólo al cielo le corresponde mirar más allá de lo que moja. Es como un trueque, él se desborda y yo lo dejo entrar, hurgar con su viento fresco bajo mi vestido.

viernes, junio 20, 2008

MAI REGALO.

¡Gatos!... ¿por qué no traerán hamburguesas?
Por si acaso, un decir.

(obviamente todo viva)

Pensé en cortarle el cuello y hacerle tiras a lo largo. Amarrarle unos hilos que pueda jalar lentamente para ver su carne y luego no, luego sí, luego no, luego sí, luego ¡ay! arrancarle una sin querer.

Un peinado, sí. Siempre quise ser estilista. Le haría rapo de las cejas a la mitad del cráneo para abrir la parte de arriba y colocar unas lindas flores amarillas de plástico.

Imagino que sus ojos deben ser lindos, porque según entendí son negros. Le caería bien uno cosido, y el otro se lo arranco y se lo coso en el cerrado. La cuenca vacía es atractiva para poner carbonsitos prendidos, palomitas que quizá le hicieran temblar mientras le introduzco agua mineral con vidrios por la nariz.

Su boca, esa boca que pretende rozar lo que no es suyo debe aprender a respetar. Como no tendría más hilo para cosérsela le haría finos cortes con hoja de papel donde fácilmente cabe una taza de vinagre con limón. Para sellar un fierro prendido con el mandamiento, "no desearás a la pareja de tu prójimo".

¡Ni un paso más! que con un par de “lindos pies” puedo alimentar a diez niños que gustan de carne fresca. Entiéndase que tendría que freír sus pies en un cazo dorado para que los comieran mientras termino el peinado.


Con su sexo y sus uñas ni me meto, hay un Dios que todo lo ve.

viernes, junio 13, 2008

...

Métanse TODOS su jodida existencia, vuélvansela a sacar y clávensela a su madre para que vean como se ríe la jodida de ustedes mientras se la cogen.

Que me reprueben me vale pito, que roben mis cosas también me vale pito y que me corran también me vale pito.

vayan a sacarle sonrisas al culo de su abuelo que yo no los vuelvo a escuchar, a fingir interés, ni análogos. Me voy a parir a otro puto mundo y ojalá les salgan dientes en sus sexos para que se automuerdan y les sangren y les cuelguen trozos de carne con pus de donde se alimente un perro sarnoso con la cara de su ex pareja mientras les introducen por el ano un pinchi tubo con leche empezándose a cuajar.
.EL ILUSTRADOR.




Quien diría que ese joven de cabellos chinos, más alborotados que los míos, hoy colabora en Complot. Yo que te conocí hace años en shorts y "zapatos", tú y yo paseando en ruta y comiendo bolis, con tobillos y muñecas repletas de pulseras, hablando apasionados de la revolución de 1917 para mi exposición, huyendo de la policía. Eres él mismo que me defendió de un soberbio sujeto con placa que quería pegarme porque no soltaba una manta en la plaza.



Y la suerte, los padres, Juárez, los loqueros, Zacatecas, el Sea, la banda amiga, nuestras miradas secretas, las dudas, el qué pasó, los mails furtivos... Algún día escribiré de esto, hoy solamente quiero felicitarte y decirte que Te amo mucho y que me emociona y me sacas lo cursi (obviamente).

Ti amo.
me has tumbaó los ojos tristes

jueves, junio 12, 2008

Mi primer artículo en La Jornada.


Mientras disfrutaba el agradable clima de 40 grados a la sombra en una manifestación afuera de Conagua, se me acercó el Solís, un barzonista que la verdad me cae rete bien porque siempre tiene un chingo de porcentajes interesantes del maíz, el frijol, la lluvia, la avena, los cortes de luz y por supuesto de los subsidios del Jelipín.

Es un honor raro estar con esas gentes en sus mítines. Traen verdades, huelen a sudor y a tierra, uno no tiene que preocuparse por echarse un tabaco durante la entrevista o tomarles la foto nice como a los diputados. Ellos traen el campo escondido abajo de la camisa, el sombrero doblado de las orillas por tanto sol; te explican con las manos curtidas y el rostro lleno de historia.

Total hablaba del barzonista. Pues que llega y que me dice: gracias por sacar en tu periódico la nota del maíz y aparte mandarla a La Jornada, la vi desde las seis cuando leo el periódico virtual.

Y que le digo, ah si estuvo muy buena la entrevista. ¿Qué cómo dice? Ya estaba yo atarantándome con el calor que se siente a unos 55 grados al coraje cuando me explica y nos guachamos en la compu que plagiaron mi nota.

Mira nomás Solis, le dije. Es la primera vez que publican algo mío en un nacional. Lástima que en el camino seguro se les cayeron un montón de renglones y mi nombre. Ni hablar, me dijo él mientras me daba unas palmadillas de esas que dan los papás a sus chamacos cuando se les nota la decepción.

Pues si, uno no sabe ni para quién trabaja. Y nos quedamos el Solís y yo allí afuera de la Conagua esperando al director para oir su montón de mentiras. Sentaditos a la sombra nos quedamos sin hablar, con un cono de papel lleno de agua tibia.

miércoles, junio 04, 2008

Mi querido bus.
Donde todos bailan al ritmo del mismo bache


Cada mañana espero de diez a quince minutos en la esquina. En una mano sujeto el cambio exacto y mi credencial de la escuela, en la otra mis dedos tamborilean listos para hacer la intempestiva parada al camión que se contonea velozmente por la calle que está a cinco cuadras de mi casa.

La parada del camión. No hay nadie más valiente que los que nos aventuramos a domar esos monstruos mecánicos conducidos por choferes desvelados y apresurados. Tener la suerte de que se detenga no es suficiente, las colonias, que más parecen microcosmos, llenan el bus con solo dos esquinas. Una coreografía permanente de gente subiendo y bajando, dando de caderazos en cada frenón si les toca ir parados.

Subir y encontrar lugar también es un reto, sobre todo si esperas la ruta que llega a las ocho o nueve al centro de la ciudad, y que el asiento este firmemente clavado en el piso es otro punto, allí vamos como en una enorme mecedora que echa humo, dando brincos en los baches que el municipio jura no existen, a dre na li na pura, hay que saberse sujetar para no tumbarse en un tope.

¡Trompas rosas, naranjas, nombres con chinola blanca!, nada parece más representativo de nuestro arte popular que los murales que adornan la parte trasera de los camiones. “Lorenzo” “Mi querida Lupita” “El rey del camino”, se lee en las pared interior junto al chofer que no suelta su coca cola fría ni un instante.

Es un juego de culturas, un abanico de niveles económicos medios, bajos y más bajos: el joven intelectual con su libro de letras pequeñísimas, el albañil que se empina la botellita de mezcal en una bolsa de papel mientras que una señora se persina al pasar frente a la iglesia.

“!Bajan! ¡Suben! ¡No llevas vacas!, los camiones urbanos son el único foro abierto que recorre la ciudad sistemáticamente con su interior a reventar. Algunos hasta se sienten como en casa, juguetean con su nariz, se maquillan, y los más desinhibidos cantan a pecho con la rola estruendosa de su celular.

Hoy, escuché en la radio que habrá un mejor transporte, sin el chocolate Pikolo a dos por cinco pesos, los bolis que subieron, por cierto, a cuatro pesos, y los pays de ex adictos. Un transporte sin los mensajes de amor en los asientos, el olor a hombre y mujer, el chicle que yace eternamente escondido bajo el asiento, hasta que un mala suerte mete la mano de pura casualidad.

Será el nuevo sistema más rápido y mas barato –quiero creer-, solo espero no perder el gusto de viajar en el circense espectáculo, donde todos parecen bailar al ritmo del mismo bache, luego de una dura jornada diaria.

¿Qué pasa por la calle?

domingo, junio 01, 2008

Mateo y el lavabo.

Cuando creo que mis gatos han aprendido a comportarse, entiendo que hay cosas que el amor no puede cambiar.