sábado, julio 24, 2010


Dio dos vueltas en el aire con la habilidad de un ninja. Pero al caer, su figura ya no era humana. Su voz fue reemplazada por maullidos alabastrados y acidosos. Era gris. Rapaz. A veces, vomitivo. Hijo de La Placa. Con infinidad de cielos guardados en las garras. Su iris incandescente, te daba ganas de estrellarte sin recibos, ni pendientes... Gato. Gato. Gato Gris... que gusta atacar de noche.

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