Chambeyele mija...
Hoy publicamos en el periódico Segundo a Segundo la primera parte de: Crónicas de una Cirugía Urbana. El buen Meme hizo la imagensita con la foto que tomamos afuera.
Chihuahua, Chih. (Segundoasegundo.com).- Eran cinco hombres contra el árbol, sus cuerpos gordos jalaban el tronco hacia los lados como si se tratase de un simple diente de león que sería arrancado de raíz. La banqueta donde vive está siendo remodelada, y entre restos de barro y machetazos va muriendo. Sus antes brazos donde me guardaba del sol mientras esperaba la ruta, son ahora sólo ramas en el camión recolector del municipio.
Llevan semanas echándole cambios a la calle Independencia, primero quebraron las aceras cercanas a la Libertad y de allí para atrás, hasta la Allende. Bajarse del camión sin ensuciarse las botas es imposible: ¡lo de hoy es machacar zoquete! gritó un amigo en la mañana cuando llegué a la oficina.
Según los sicarios, que podríamos llamar así porque son asesinos a sueldo, de árboles pero asesinos al fin, dijeron que los quitan porque los mandaron, obvio. Y los viejos truenos del corredor serán reemplazados por esqueléticos cerezos rojos.
“No, nos tome foto”, me soltaron por miedo de que les fuéramos a echar criticada, pero lo cierto es que no es para ellos, sino para los necios obstinados en andar arrancando vida para poner semillas. Sería viable llegar a un convenio con las palmeras, los truenos, los cerezos rojos y quizá hasta podríamos incluir algún naranjo que no me molestaría en limpiar cada temporada.
De los nuevos árboles vendrán entre treinta o cuarenta, hacen buen juego con el adoquín recién puesto. Pero ¿es necesario sacrificar los especímenes viejos sólo para mejorar la imagen? Porque si de sacar de raíz se trata, deberían empezar a poner cerezos rojos en el lugar de algunos de nuestros diputados.
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