5:58 a.m.
¿Maquillaje? ¿Alguien dijo Naranja?
Abro los ojos impulsada por el pendiente de enviarle un mensaje, mi vista enfoca borroso por culpa de las múltiples lagañas pero advierto un tono naranja flotando por todas partes. La clásica sensación de párpados arenosos y ojos sopleteados por un ardor frío me recuerda mi desvelo: me desplacé sin cesar por los polos opuestos del colchón, no fue el café ni el chocolate después de las 9, sino el ya crònico: Te extraño mucho.
Abro los ojos impulsada por el pendiente de enviarle un mensaje, mi vista enfoca borroso por culpa de las múltiples lagañas pero advierto un tono naranja flotando por todas partes. La clásica sensación de párpados arenosos y ojos sopleteados por un ardor frío me recuerda mi desvelo: me desplacé sin cesar por los polos opuestos del colchón, no fue el café ni el chocolate después de las 9, sino el ya crònico: Te extraño mucho.
Como sea, el punto que escribo está en el color de la mañana. De verdad no miento, no idealizo, no desvarío, no alucino y ya estoy bien despierta. Crèanme, los muebles, piso, techo, sábanas, alfombra, almohada, todo luce maquillado.
La realidad me recibe cálida, detallando sublime cada una de las partículas existentes, haciéndolas sostener, pareciera forzosamente, un matiz que precede o sucede al naranja. Siento mirar incluso al viento, puede tocarme expresándose grumoso y espeso. Por fin contemplo real el cielo plasmado en mis dibujos del Kinder, pensar que la maestra afirmaba que nunca podría ser tan fosfo.
Uno o dos minutos después trato de explicar mi hallazgo visualizando como la pareja celestial cubre un enorme foco con fino celofán: tal vez quieran confundir más mi ya perturbada mente u obsequiarme un tesoro eterno. Lo que sea, me ha aflojado el desvelo y la ansiedad de saber que hoy no te veré.
Que hermoso es el amanecer...
¡Te amo solecito!
La realidad me recibe cálida, detallando sublime cada una de las partículas existentes, haciéndolas sostener, pareciera forzosamente, un matiz que precede o sucede al naranja. Siento mirar incluso al viento, puede tocarme expresándose grumoso y espeso. Por fin contemplo real el cielo plasmado en mis dibujos del Kinder, pensar que la maestra afirmaba que nunca podría ser tan fosfo.
Uno o dos minutos después trato de explicar mi hallazgo visualizando como la pareja celestial cubre un enorme foco con fino celofán: tal vez quieran confundir más mi ya perturbada mente u obsequiarme un tesoro eterno. Lo que sea, me ha aflojado el desvelo y la ansiedad de saber que hoy no te veré.
Que hermoso es el amanecer...
¡Te amo solecito!
A las 6:06 la mañana se acomoda normal a la vista. El sol se arrincona para subir luego más alto. El naranja se dispersa hasta brotar en delicado azul cielo y el gallo de mi vecina comienza a càntele y càntele. ¡Ay condenado! te perdiste el desayuno visual.. lástima.
"El naranja estimula el apetito" dice mi madre, parece cierto porque una tripa ya me anda gruñendo feo y reclamando lo suyo.
Ah por cierto… ¡¡voten voten!!, no jodan con que no vale la pena.
Ah por cierto… ¡¡voten voten!!, no jodan con que no vale la pena.
3 comentarios:
yo estaba despierto cuando apareció el matiz naranja en la mañana, y me pregunté: Algien más lo estará viendo?
La amo Mariposita!!! ^^
Marce: Yo tambièn la amo mucho mucho mi Marchels :) pero mucho muchote! muak bonita!
Dying swan: Ahh que geniaal! yo pensè lo mismo. De verdad es de lo màs hermoso que he sentido, jamàs lo olvidarè. :) Nunca he compartido un amanecer, supongo serà aùn mucho mejor.
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