domingo, julio 13, 2014

Una casa propia



 
No un piso. No un departamento interior. No la casa de un hombre. Ni la de un papacito. Una casa que sea mía. Con mi porche y mi almohada, mis bonitas petunias púrpura. Mis libros y mis cuentos. Mis dos zapatos esperando junto a la cama. Nadie a quien amenazar con un palo. Nada que recogerle a nadie.
Sólo una casa callada como la nieve, un espacio al cual llegar, limpia como una hoja antes del poema.

S.C.

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