domingo, junio 28, 2009

Heces femeninas: Bar Tres Gallos


La veo y pienso en mierda humana evolucionada, comprendo a detalle que cada cual posee existencias paralelas: fuerzas superiores: divinas: científicas: sicología: alteraciones químicas voluntarias o accidentales, y a ella definitivamente le viene ser un conjunto de pestilentes heces verdes sobre tacones altos.


Hoo laaaa, alarga la frase como si le deleitara toparme o a mí me importara. Hola. ¿Con quiéen vienesss? Su cabeza vira derecha-izquierda divisando conocidos a mi alrededor, esa narizota debe pesarle, la presume como quien no sabe que la tiene: gancho: abanico: forro cien por ciento por ciento piel humana: apagaría mi tabaco. Vengo con un amigo y su novia. Ahh... Ojalá dejara de agrandar esos ojos pastosos: pestañas: patotas arácnidas: rimel negro, los pone directo en los míos desorbitados y aborregados. ¿Qué mira? ¿Se quedará hasta verme acompañada? Cada encuentro toma lista, tenía que ser a mitad del buen trago, buena fumada, tenía que aparecer repentinamente del piso agrietado, cara de ano volcánico ansioso de comunicar su hocico hacia mí. ¿Ya stás un poco borrachita verdá? Verdá, ja ja ja, licenciada en letras, la verdá ps si no stuviera señito ya habría concluidos´n su monólogo di usté, pero ps soy re wena nooo, oseaa es más, wenaaza geente, y no digo nada, si es como un pajarote caderón, urraca, urracota estriosa, terodáctilo, boca hemorroidal ,chismosa, dientona, y mejor suelto que andoo bieen, agusto con dos cervezas, boca de excavadora, mano de chango, deberían cocerte unas tripas de marrano desde la boca de arriba hasta la boca de abajo:vaginal, para que al menos hicieras sonidos más entretenidos y me tocarás una buena rola realvisceralista. No ps esperoo verte ahoritaaa, ja ja ja. Aunque con lo que me cargo en el cuerpo sí me gustaría verla, urracota plumas percudidas, chichona verdulera, a veces pienso que un poco más y podría agujerarse los senos con sus dientes frontales: de pie: clavada con la mirada al piso o posición semifetal. Puees yo espero a mi novio, dice dándose aires glamorosos mugrosos con su mentolado en mano, así de yo tengo la barbi malibú, pobre hombre: su novio: de ses pe ra do: clásico clavo saca clavo, o de perdida lo afloja un rato, sus ojos están inflándose, acercándose a los míos: quiere leerme: espera una reacción: comentario de tristeza: reflexión de que hoy quizá yo no cogeré: o quien sabe, pero nada de eso, misión imposible en mí porque nunca he tenido fijación de dodo: cerebro: cuerpo: chillido: se descompone en bits que ya no entiendo: en mi nuevo trabajo gano doble y podré pagar: no quiero entender: ay pero andaa dimee qué hay de nuevo: la cabeza, no me gusta salir: cuando la otra vez te vi: o levantarme por una cerveza: y de seguro porque andabas buscando: nausea cerebral hasta mi nariz desea salir en propulsión a chorro: personas de nada: alguien brinda: ¿has visto a Pablo?: efervescencia espumosa sobre viaducto respiratorio: pulmones que duelen y el hilo arrastrándose: o pedir la cuenta: mesero: hola: también: ¿y tú?: ah mucho gusto: me puedo zafar yendo a orinar: se sienta a la barra y miro claro como la urraca sube a su periquera. Más tarde le mandaré unas semillas o cacahuates para comer, digo, botanear.


jueves, junio 25, 2009

.Embarazo senil.


Donde el cuerpo limita,

la mente da plena existencia al hombre


Desde que la esquizofrenia viene rasgándole se reinventa crónicamente, vive caóticas realidades alternas, episodios románticos, sinopsis de películas viejas mezclados con anhelos no realizados, conflictos no solucionados. Tiene casi ochenta años con el mismo cuerpo, cinco hijos y un marido que también cree que Pedro Infante y Tin Tan siguen vivos, filmando. Menú diario: avena, películas en blanco y negro, sedantes, pastillas varias a las ocho, nueve, diez, once, doce horas, y así sucesivamente. Esta vez es jueves, y la abuela vive más aprisa o más lento, otra vez pasea en olas que un día no la devolverán a tierra sicológicamente aprobada.


Doña Bertha, mi querida vieja, está en el sillón con las manos anudadas sobre el regazo, sus ojos delatan llanto fresco. Abuela, ¿qué sucede? Ay hija, estoy preocupada. ¿Pasó algo? No puedo decirte. La enfermera se apresura a saludarme y me comunica que desde temprano ha estado callada, no quiso ver televisión ni comer galletas. A ver Bertha, cuéntame. No. Bueno, si no puedes decirme ¿existe algo en lo que pueda ayudarte? No, nada más que me torció la marrana. ¿La ma rra na…? Ay hija, no se puede ir contra lo que Dios manda. ¿Y qué ha mandado Dios? Las arrugas obscurecen alrededor de su boca, agacha la mirada, se turba y sin dejar de moverse se acerca diciendo en voz queda: creo que estoy em-ba-razada. Nanosegundo vomitivo eternidad atorada en conato de risa-tos que sale por mi pecho, me pongo roja, morada, amarilla, la abrazo, toso, le digo que no se preocupe, que nosotros ya sabríamos. ¿Y tú que vas a saber de mi cuerpo? ¡si yo toda mi vida he sido exacta! Está molesta. Busco palabras consoladoras, no vale la pena tratar de convencerla de su edad o imposibilidades físicas, ahora se sabe mujer fértil casi embarazada. No abuela, mira, ayer fuimos al doctor y dijo que estabas bien, nada de embarazo, no habrá bebés y si no has tenido tu regla es por el estrés de la casa, deja te preparo un té. Y entre que su historia me da risa, intento controlarme, puedo terminar a iguales, me levanto, respiro intermedio shock, fuera bilis, paciencia, y recuerdo que no he visto a Don Joaquín. Abueelooo ¿dónde estás? Paso a su habitación, está sentado al pie de la cama puchero en mano, inclinado. ¿Qué pasa Joaquín? Nada, estoy molesto. ¿Y eso? Pueees, alza la voz entrecortada con un dejo de quiero oírme tranquilo pero me está llevando la chingada, Doña Bertha dice que está embarazada y yo, ¡óyeme bien! te lo digo una vez nada más ¡yo no la he tocado! ¡y no quiero verla! Cansado, triste, con tierna virginidad senil se soba la nuca, llora, me quedo muda apoyándo mi mano sobre su hombro, callada, muda, sin habla, sin voz, sin sonido, muda en inesperado jueves de cuide a su abuelo, lleve paranoias al 2x1, los quiero, estoy quieta, respirando hondo, suplicando pretextos que les levanten el ánimo, ansiando la hora que no llega para sacar tres tafil de la caja. Mañana habremos olvidado el caos.


.Curra vitae.

Tenía segundo nombre y sandalias: veinte pares perfectamente acomodados en un zapatero de plástico sobre la pared. Tenía una pecera mohosa y pollo calentando dentro del microondas: receta secreta.


Todavía tengo su curriculum sobre la mesa (hombre) y no logro decidirme a contratarlo, el de GBN (mujer) sigue junto al suyo. Llevan allí cinco días, varias medias lunas de mi taza de café y mostaza que ayer salió intempestivamente de un sándwich, saltó directo sobre la foto: la de ella: pasta amarilla versus frente, con mi dedo índice fui extendiendo la viscosidad por su cabello y ahora luce extravagante tinte fosfo amarillo que resalta sus ojos. Ella no tiene segundo nombre, él sí, ella terminó la carrera, él no, ella puso su foto del lado tradicional, él no: contrariedad formal, aliciente: queda poco aderezo blanco para el pollo. Si Dios existe debe tener una mesa similar: obvio: con más pollo y aderezo: nuestros curriculums estarían apilados en su púlpito personal bajo su incontable número de ojos: biografías abiertas, listas denotando habilidades, peso, metas, buenas, malas acciones, circunstancias piadosas y sobre todo el factor verdad: archivo fidedigno, claro, conciso, sin la subjetividad del sujeto en cuestión: dios dicen, es imparcial. Aquí leo la descripción de GBN: un metro con sesenta y cinco, manejo de paquetes computacionales, gusto por nadar, sin deudas, casa propia, trabajos anteriores en trasnacionales y casa hogar Querétaro: realidades menos que absolutas: tengo la impresión de visualizarla, imagino sus tacones negros y acharolados: pero no es suficiente.


Deslizo la silla hacia atrás y me levanto a servir un vaso con gelatina: fresa, leche del clavel, agua: su cuerpo brilla dentro del refrigerador: rosa: RGB, 209, 63, 73. Enciendo el tocadiscos: Blossom Dearie: long daddy green y vuelve a punzarme el apuro de los curriculums: tengo la opción de elegir uno o desechar uno. Enciendo un tabaco: pies colgados sobre el sillón: leo el curriculum de ODBL: toma de decisiones bajo presión, seguimiento de políticas, creatividad, dinamismo y pro- actividad, iniciativa, orientación al cliente, responsable. Ni peso ni altura: y no confío en la imagen donde sale trajeado, es engañosa, cualquiera lo es, más cuando su forma esta bajo el influjo de computadores: cejas anchas, barba prominente: ni pasatiempos ni metas: excelente ortografía. Colaboración con el desarrollo del concepto de moda FLESH: proyecto de ropa urbana emergente: ambivalencia: interesante hasta el punto donde pueda conseguir descuento o criticar mi vestido: definitivamente tampoco es suficiente.


Saldré y quizá, si dejo los dos curriculums muy juntos, una foto eliminará a otra o viceversa. Con sus dos cuerpos retratados sólo cinco dedos por arriba del ombligo, tendrán que valerse de dientes y medios brazos para atacar: en la imagen no hay codos, caderas, rodillas visibles: no existen. Apenas saldré del cuarto y comenzará la pelea entre dos gusanos humanoides, par elástico de espinas dorsales levantándose a mitad de la mesa con precipitación, ciempiés arrojándose con pura rabia: él se arrastra de su hoja a la de ella y sobre el domicilio personal propina un cabezazo auspiciado por fuerzas horizontales, cae aturdida, ella lo muerde del cuello columpiándose y girando hasta formar una especia de babero rojo en su camisa rosa: la nariz detecta olor a mostaza, él lo mencionó en la parte curricular de enfermedades: alergias, específicamente, y ella aprovecha la oportunidad para dejar ir su cabeza contra la boca en un golpe seco que le revienta los dientes mientras él se va sofocando lentamente: garganta cerrada, paladar inflamado: ella arriba, él abajo con las fosas nasales a reventar, ardiéndole de calor. Ella toma un pica-diente, pero una enorme caja Lala cae sobre su cuerpo gusano, se queda aplastada por unos segundos: mujer oruga furibunda con trozos de cabello amarillo e hilos de leche en sus ropas: ¡quiero ese empleo!: él, listo, ya está atrincherado bajo los dientes de un tenedor con los restos de mi cigarro encendido: granada de tabaco, nicotina en vuelo directo cabeza de ella: arde: se revuelca sintiendo la carne hervir, la onda caliente cierra de afuerza sus ojos que ahora se pierden entre la humareda que sale de sus orejas, boca, cuencas, y lo recuerdo: mostaza inflamable: y como una chinche, garrapata, cochinilla se deja ir, en un ultimo suspiro envuelve a su oponente con el cuerpo entero, cerrándose, formando una inmensa bola charrascada: ciempiés atrapando su presa. Y terminan de arder en 10 a 15 minutos: fuego lento: pero herviría de ser agua: evaporación y quizá entonces lluvia, eso enseñan en alguna escuela mientras dos gusanos humanoides regresan al marco de sus fotos, al currículum vitae que les brinda plena existencia en sociedad y quiza, un empleo.

lunes, junio 22, 2009

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El presente me hace falta,
incesantemente.







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encontré esta foto entre fotos
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viernes, junio 19, 2009

.Tardempanadas.


¡Por una cabrona Pepe! le dije a tu abuelo, si ya se está muriendo para qué quitarle el café. Doña Juana tenía finta de quien va emprendiendo retirada a otro mundo. La hubieras visto, has de cuenta tú, flaca flaca, de un codazo se las lleva la canija.



Al son de palote versus mesa, mi abuela cuenta cómo moría y no murió su suegra, señora menudita, calladita. Mira niña nada más de verte amasando recuerdo a la viejita, te faltan arrugas pero era así sin chiste, callada, seria, con cara de susto. Y échale poquito más del frasco para ver si damos con la receta, por tonta nunca la anoté, cuando estamos jóvenes pensamos fácil en todo y como sabía mantener la casa ordenada, a mi viejo -que en paz descanse- y a mis cinco hijos, cómo iba a escribir la receta de unas tristes empanadas, a cada rato horneábamos, para los niños hacíamos caracoles, flores, caballitos, ¡siin molde! eso sí, Margarita de repente desaparecía con el frasco de cajeta y regresaba toda chorreada con la boca llena de masa, pero a ver, dale más fuerza ¿cuánto fue siempre de harina? un kilo, entonces más manteca, no, no menos, agarra la bolsa para que no te embarres, sí otra cucharada, no mija de las grandes, así está bien, muy bien, con ganas, con cariño, cuando se tienen ganas todo sale bien. Ay Dios, mi abuela siempre tan positiva, mujer de rancho con carácter de caballo que se deja montar pero no dominar, me cae que por eso traía a su viejo durmiendo el sueño enamorado, me gustan sus historias, que su casa huela a café y esa sensación abrazo caluroso de horno encendido que te pone de mejillas rojas y hace que te relamas y relamas los labios. Trae el agua mija, un chorrito nada más. Me gusta oirla hablar, ver mis uñas rosas entre la harina, mis palmas espolvoreadas, las cosquillitas que dan entre los dedos, ¿cómo sería mi abuela cuando hacía sus empanadas? No, no tanta agua que se hace lacia. ¿La cia? Pero no te he dicho qué pasó después con la pobre viejita, la tenían en un cuarto chiquito, del tamaño del baño has tú a creer, sin ventanas, con puerta al cuarto de Julieta y una al de lavar. Como que me duelen las muñecas, siempre he creído que las mujeres de antes tenían buena condición física con eso de lavar, cocinar, planchar, mi abuela todavía se levanta a las seis y que el jardín, tortillas de harina, avena, alimentar a los pájaros: un canario, un gorrión y uno de castilla, no le gustan los baratos y cogelones periquitos del amor… No no, mira es con más fuerza, así, y mi abuela agarra la masa y sigue contando que a la viejecita no le daban ya ni su café porque dizque se estaba muriendo. Pásame la charola, la voy lavando mientras sigues amasando, no sea y haya una cagarruta de ratón. Tan limpia siempre, me molesta cuando dicen, pareces de rancho, conozco gente de rancho y es más limpia, ordenada y honesta, además a algunos como a mi abuelo les gustaba leer, ojala mi abuela me regalara la colección de libros que ya nadie usa, encuadernaditos en verde, con sus letritas plateadas, CLASICOS, y luego pensar que él también leyó Crimen y Castigo, ¡Jan! mira nomás, júntala mija júntala, la harina debe acercarse si no se va quedando fuera, con que le des unas cuantas maromas y listo, mira: sua ve ci ta. Ah pero perdí el hilo de la historia por estar pensando en testamentos con libros, qué egoísta, tonta, tonta, y resulta que la viejecita nomás estaba deshidratada, ni enferma ni convaleciente ni mucho menos, era una especie de maltrato o descuido que se presenta seguido entre hijos y padres. ¡Por una cabrona Pepe! le dije a tu abuelo cuando salíamos del rancho, si se está muriendo para qué quitarle su café, y nada que el doctor dijo: si esta señora está deshidratada pero nada más y a la mejor querían que se muriera, pero fíjate cómo todo lo ve Dios porque duró años y al final la que murió allí fue su hija, la que la metió en ese cuartucho, sí, se murió allí la pobre porque su casa se goteaba y resulta que ¡mija! ¡mija! ¡saca aprisa la otra charola que se te quema el negocio!


domingo, junio 07, 2009

.Piedad.


¡Ay santa angina mía revesada con pus de tomate aplastado! Las hormigas tomaron mi ombligo por chante, sus caminos trastornan mis intenciones de ajolote eusténico, ¡me han metido un corazón sin semilla que va soltando el hervor, fervor y al paso que voy terminaré haciéndole el favor! Socórremeee virgencita del jolgorio mal habido y mal reventado, éstas se me han colgado. ¡¡Salamandriaaa sácamelo del pensamiento y mañana vengo a guisarte unos huevossszz!!



Ingredientes


1. Chicloso de leche

2. Besos holandeses

3. Rompe muelas

4. Polvorón

5. Ojos de dátil negro

6. Capuchino espumosísimo

7. Bubaloo sabor napolitano

8. Camote con leche



Servir al tiempo en ombligo/hormiguero

sábado, junio 06, 2009


Todo lo que se puede decir es mentira, el resto es silencio, sólo que el silencio no existe. Las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia, si digo agua ¿beberé? si digo pan ¿comeré? Lo que pasa con el alma es que no se ve, lo que pasa con el espíritu es que no se ve. ¿De dónde viene esa conspiración de invisibilidades?

A. Pizanirk


miércoles, junio 03, 2009

Perdimos el ombligo REPITO perdimos el ombligo, virgencita del pulque curado échame la bendición que yo ya no vivo, aterrizaje inminente y además forzado con alevosía y ventaja de que no somos aptos pa´ nadar, y te prometo sí te prometo dos Jesús míos y uno de la niña, ¡capitán! agárreseee, cuidado con el gato déle vuelta pele vuelta que le arrancamos los bigotes, ay sí debí traerme otro rosario, ándale Guadalupita del tostón preñado ya no comeré tamaaales por tu ineeeeeeeptituuuuuuuuuuuuuuuud


¡zas plaf taf! Todos murieron y nunca llegaron a Tar.


martes, junio 02, 2009



Dona cuerno se esponja porque el niño envuelto parece marrano, agárrala de arriba, no!! del cuerno noooooo mejor de abajo, de donde se esponja, qué manera de hacer concha cuando el borracho se llega se trepa se salta y se coge un bizcocho glasss-eado eado eado emparedado enfadado maniatado rabiatado desde el ano mando blando bando cuando dando me quedé.


lunes, junio 01, 2009



Mi segundo día con máquina de escribir se siente exactamente igual al primero. Una luz negra germina entre pequeñísimos pistilos ubicados en el corazón del armazón oxidado, y conforme amontono letras, el timbre con voz aguda anuncia nuestra siguiente parada: punto y aparte.


La puerta se dividió intempestivamente en signo de admiración abierto, sin cerradura, sin término fin se acabó la tristeza o alegría de nuestra frase interna. Apenas estuve frente a ella fue como navaja sobre pescuezo traidor, se deslizó limpia, eficiente, derramando sólo el ruido necesario por los suelos. Adentro el local estaba oscuro, pero en el periódico decía abrimos de cinco antes meridiano a siete pasado meridiano, así que seguí delante hasta sentir algo pisando mi sombra, sus dos manos peludas me tomaron por la cintura baja, me sentaron sobre una silla rodadora y cuando menos pensé estaba de manos-boca saboreando mermelada frente al precipicio: sí, frente al precipicio, barranco abarrotado con máquinas de escribir gigantescas, barranco signo de interrogación que abre y cierra donde no logro mirar: vértigo hostil: cuerpo de lodo.


¿Qué necesita? El eco venía de todas partes. Uu u una máquina de escribir. Sí ya veo, huele a monitor. Noo, no, yo no uso comp.. ¡Silencio! Mi cerebro percibía luces viniendo y desviniendo, provocando mareos que acercaban el fondo hasta mis ojos. Máquinas de escribir. Tenemos injustamente lo que usted necesita, sólo debe brincar. El mareo aumenta con sudor frío que me hela los labios y hace temblar mi estómago a la garganta a la punta de la lengua a cuando mano peluda me vuelve para atrás. Pero no se deje caer, que saltar y dejarse caer no es lo mismo, dijo la vocezota. Dé ja te caer… Las máquinas desfilaban en perfecta procesión, entre espacios sonoros, comas brillantes y versos leídos con excelente dicción. Estar allá abajo tragándome un punto y coma. ¡Señorita! Le advierto: quien salta puede encontrar su punto final. Pavadas, si el sueño más grande es hallar ese chignado punto final que te haga sentir que tuviste principio y clímax. Hemos perdido bastantes. Y en eso mientras el eco era eso, eco, miro cómo un punto se va abriendo, ocupa un insignificante espacio, debe ser el mío, está donde no cabe letra o número alguno, se queda viéndome fijo desde la hoja donde se refugia entre dos tenues líneas verdiazules, su espesura se clava en mí al grado de hacerme olvidar los mareos, su parpadeo me recuerda el nombre que yo había prometido nunca pronunciar. Él esta aquí, oculto tras ese punto regordete. Sentí fundirse un respiro dentro, ahora no hay na die, sólo ese punto negro desdoblándose en momentos, amenazando con saltar sobre mi rostro para llenarlo de tinta negra. Es apenas perceptible, tipografía sensible, delgada, rápida pero innegable, altanera, pedante. Un punto, un pinche punto donde nace el silencio exterior y el ruido mortal interno. Es punto que te pone de cielo al revés porque es un punto de pinche final abierto que no entiendo. ¿Y la voz? El local comenzó a cerrarse sobre mí, entero, desapareciendo lo ajeno y dándome injustamente lo que necesito. Si yo estaba segura de merecer algo más, dos puntos de esos que anuncian párrafos elementales, descripción a colores, nuevas temporadas y formas, quizá hasta un tercer punto de continuación perpetua, tercera realidad, no paralelidad absurda, ni siquiera punto y coma, horrible a la vista, punto y coma, detención media detención que no indica fin, sólo descanso, o coma, por qué no, habiendo tantos tantos signos ¡Señorita! Pinche puto punto final abierto… Es suyo. Pues que sea mío no siginifica que lo quiera o me lo deba llevar. Pasará tarde o temprano, mejor de una vez. No. Y que me levanto y mientras deseo quitármelo de los ojos mis pies se enredan en nada y caigo y no salté pero tampoco me dejé caer porque no tenía la intención. El eco es voz cuando se le encuentra inicio, y dijo que se han perdido muchos, y comprendo a qué se refería. Permaneceré varada un tiempo en el barranco, pero eso sí con mi punto final, definitivamente, muy muy muy aparte : soy un sobreviviente