jueves, diciembre 06, 2007

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Ha vuelto del Congo, huyendo de las lágrimas de sus pensamientos. En una bolsa de basura bajo el brazo, guarda el secreto de un relato que no le satisface el ayer. No está satisfecho hablando de amor, ni de sueños, plantó al destino al enamorarse de quien no debía, no era amor, el de ella, quizá una cosmopolita necesidad. Astróloga. Ella es, astróloga. Y él, no pinta un lugar en su inmensa constelación nocturna.

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