miércoles, septiembre 13, 2006

Llueve y llueve, llueve y llueve estos días no ha parado de caer agua del cielo, en chorros parece, sí en chorros, yo siempre tengo mala puntería para esquivar el agua que escurre de los techos.
Me gusta la lluvia, pero nunca había terminado con los tenis mojados tantos días seguidos. Ya ando resfriadota. Esta voz lejos de sonar sexy me hace aún más rara. Anoche me despertó un truenote y solo deseaba ser abrazada para fulminar el miedo.
Estamos acostumbrados a una naturaleza "rutinaria": sol al levantarse, luna al dormir, agua ligera una vez al año e incluso un poco de nieve. Pasan diez días de clima húmedo y declaran la ciudad en estado de emergencia.
Que chido seria una naturaleza bipolar, extremista. Lluvias de color, lluvias sólidas. Un sol cuadrado y morado. Lunas en forma de estalactitas frágiles, derritiéndose con cada amanecer. Un viento saboreable: “Ayer hizo mucho aire y sabía a amaretto ¿lo probaste?”. Ah que chido, siempre he soñado vivir en otro lado; mínimo en una novela de Cortázar, ser una de sus brillantes mujeres y estar enamorada de un intelectual desenfadado de la vida.

3 comentarios:

moria dijo...

Hace algun tiempo las noches olian a chocolate, y las tardes (malditas tardes) sabían a miel y leche fresca.
Ahora las mañanas saben a centavo y las noches, a veces saben a ron.

Julio C. dijo...

Que se acabe el mundo a la verde.

Catriela Soleri dijo...

Me gusta tu estilo, mucho, mucho me gusta.

Espiritrompa, mariposas... ¿¿se debe "La lengua de las mariposas"??