Mirar la cámara luego de un considerable tiempo. A veces escapo de ella y es que también es un espejo, uno donde el gesto permanece quietecito para siempre. Nosotros ilusos, sandios, pensamos al mirarlo: "soy ese" cuando podríamos decir "ese es uno de los tantos que soy". Somos infinitos, nadie puede ser el mismo dos veces. Ni siquiera nosotros mismos, logramos repetirnos.
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