viernes, julio 30, 2010

M:¿Cuántas plumas hacen falta para volar?





Rm: El más querido de mis maestros me enseñó a deformar la lengua así que diré que, para volar, se necesitan tantas plumas como nunca se han necesitado razones para gozar de libertad...


miércoles, julio 28, 2010




Denle a Teté un paté con té

para que baile contento

una tarante-tetela.

sábado, julio 24, 2010


Dio dos vueltas en el aire con la habilidad de un ninja. Pero al caer, su figura ya no era humana. Su voz fue reemplazada por maullidos alabastrados y acidosos. Era gris. Rapaz. A veces, vomitivo. Hijo de La Placa. Con infinidad de cielos guardados en las garras. Su iris incandescente, te daba ganas de estrellarte sin recibos, ni pendientes... Gato. Gato. Gato Gris... que gusta atacar de noche.

jueves, julio 15, 2010

Sueños





No sé qué andaba buscando. Un sabor a limón, un micromomento de esos que te hacen suspirar. Quizá, deseaba sentir trompitas de caracol en la panza. O verme correteada por un grupo de bandidos tiburones. No. Eso último no. Ahora que lo pienso, mi mente miente. En ese sueño era un pez y nada más. Aleteando... Nadando cuando el amarillísimo sol se filtra por el hilo que nos divide de su mundo. Fue así, sin rodeos ni razón: mi colchón, el ancho mar.

sábado, julio 10, 2010

Panzer


El trato fue: la tortuga a cambio de los pasaportes. Pero para N, Panzer era más que poder huir, más que poder salir del país con M y echar nueva vida bajo el nombre de Elías Rojo y Catrina Campos. Mientras esperaba al traficante, sudaba. Quería desaparecer, anclarse al momento donde Papá Emilio llegó con una tortuga que más tarde, crecería y crecería hasta convertise en Panzer.

La pistola le hacía frío en la pierna. Era un hombre, sin duda, y volvía a sentirse niño mientras pensaba cómo llevarse el arma del tobillo al objetivo en caso de ser necesario. ¿Me extrañarás? le preguntó a Panzer seguro de que lo escuchaba. A veces cuando se sentía ajeno salía al jardín y se sentaba esperando a que le demostrara su cariño. Un rasguño, un parpadeo, una caricia con su mano rugosa. Nunca sucedió. No al menos en la vida real porque a sus amigos disfrutaba contando cómo Panzer se acercaba, apenas veía su sombra en el pasto.

Pero era todo. La tortuga a cambio de los pasaportes. El recuerdo tangible de Papá Emilio por no ser rociado en plomo, por la espalda seguramente, en cualquier sitio. Y esperaba. Apretaba los ojos para no dejar escapar los recuerdos, para hacerse fuerte y convencerse de que canjear a Panzer no era canjear a Papá Emilio. E intranquilo imaginábase ya en el avión. Con M a su lado, huyendo y sonriendo al mañana.


miércoles, julio 07, 2010

Se nos cayó el cielo




¡El cielo se va a caer y el Rey lo debe saber! dijo la gallinita en un viejo cuento infantil, y tal y como predijo, esta mañana vimos derrumbarse parte de nuestro techo en la oficina del Periódico.

La mañana transcurría normal. Ale 1, Ale 2 y Jan parloteaban acerca de las noticias del día. Y entre escribir, beber café, fumar y convencerse de que, los hombres son unos culeros, un suceso vino a transformar su tranquilidad en susto.

Después de haber actualizado la página, de leer que el perredista Chucho se reunió con César Nava del PAN y Luis Walton Aburto de Convergencia para posibles alianzas del 2012; las tres decidieron ir por café (Dolca y con canela) a la cocina.

Y fueron. En eso estaban, chacoteando, cuando de repente un estruendoso sonido se esuchó en el cuarto contiguo donde pasan más de ocho diarias... ¡Puff! ¡Zas! Las tres corrieron a ver qué había ocurrido y cuán grande fue su sorpresa al ver cómo un trozo de techo se desprendió, ¡paaff! cayendo encima de dos cubículos.

¡La Macc! gritó una, mientras otra enclochada en un no mames no podía creer que la muerte estuviera tan cerca y más cuando no tienen seguro social. Y la tercera que reía de nervios sólo continuó carcajeándose y fue por la cámara, para tomar nota de lo sucedido.

Y sí, tal como aseguró la gallinita Penny !el cielo se va a caer y el Rey lo debe saber!, así que cuidado, corran a decirle a todos ¡qué estamos en peligro!

FIN