El Titere cosaco.
Llegó del norte arrastrando costumbres del sur. No tiene nombre ni entierro, es de esos que dejan huella sin asesino, con interés en pies y manos ajenas. Zapatero, guantero de vocación es un títere chueco con dientes punteados. Ha vestido ingleses, italianos, mexicanos, nicaragüenses, franceses, africanos, uruguayos, niños, gigantes y gnomos. A primera vista parece feo, pero no resulta tan horrible con el trato, además para ser un títere sin escuela es talentoso. Fabrica guantes de a siete y ocho dedos, los de veinte son populares en puerto. Su especialidad son los zapaticos, nunca los ha llevado puestos, pero cómo sabe corretearlos! Si pides a tu medida pierdes, eso aconseja el cosaco. Nada como un espacio extra, una perspectiva repentina. No quiera sólo para cinco dedos, pida de a veinte, estambres rojos, amarillos, verdes, morados, flores, algodón moteado y cero mancos! Para saberse vivo hay que tener siempre un espacio para lo que viene, llevar bien acomodado lo que fue y un lustroso par de zapatos suela esperanza para andar a gusto.