lunes, febrero 01, 2016

Nuestro private cinemá



Buster K.



Ese año, Dary F. instaló una pantalla plegable en la sala, el objeto blancuzco permanecía enrollado seis días a la semana pero los jueves durante la noche, cubría por completo el ventanal. Apenas oscurecía, todos sentados, todos acurrucados en los sillones rojos con mantas y almohadones, era nuestro private cinemá donde las primeras funciones, fueron películas de Buster Keaton. Admiré su rostro, su agilidad física, me cuestioné si existían pueblos en blanco y negro y quise viajar a un lugar bicolor, solo B/N porque estaba convencida de la improbabilidad de hallar un lugar mudo. Entre el aroma a palomitas , barras de chocolate repartidas en trocitos de mano en mano, raspberry, sea salt, Buster nos hacía reír, los jueves todos riendo, todos.  



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