jueves, abril 26, 2012

El circo

Vivo en un circo. Soy trapecista. Mi amiga y yo hablamos sobre la llegada de un nuevo integrante. Caminamos alrededor de la carpa, reímos, creo que comemos alguna especie de caramelo en barra. Hay enanos, elefantes, hombres musculosos y un tigre de colmillos filosísimos. A lo lejos se escucha el motor de un auto. Lo veo venir y parece que terminará de desarmarse para cuando llegue cerca de nosotras. Está formado con chatarra apilada, tiene dibujos a lápiz, a graffiti. 

La carcacha se detiene cerca y corremos al lado del conductor para ver quién es. Me asomo  sin trastabillar y  descubro más imagenes y frases. El interior aumentó sus dimensiones, ahora es del tamaño de una habitación. Nadie está dentro. Intuyo de ti. Me pongo nerviosa, es una sensación de angustia y plegaria combinada. 

Un instante después miro sobre mi hombro. Busco a mi amiga pero una multitud sorda me rodea, rodea el auto. Estoy sola. Regreso mis ojos al interior y sin más me encuentro con los tuyos. Han envejecido. Conservan su toque orgulloso y melancólico. Sonrío. A un lado aparece mi amiga y me quedo callada. Ella ignora quién eres. Vuelvo a tus ojos y juro en silencio que no diré a nadie quién eres.  


Sueños,
con fecha 30 de marzo 2012.

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