lunes, octubre 08, 2007

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Llevó su mente a desperturbar. La apretujó en una bolsa de plástico con hielo para no perder ningún recuerdo. Dos, tres pasos; el semáforo, la calle, el autobús. Bajó al comercio y la secretaria le atendió con su mueca firme. Buen día, vengo a.., Si ya sé respondió gruñonamente la feucha anciana. Tardará unos quince minutos ¿espera?, Claro. Quince minutos, quince minutos…

En quince minutos con unas pinzas filosas en las manos, el doctor Freiiu desinfló cada ampolla grumosa de su mente, limó los callos melancólicos, las costrosas culpas, los regordetes remordimientos. Era lo que mas tenía, temblorosas bolsas gordas pusientas a punto de reventar, los remordimientos eran su dolor de cabeza, y mírala ahora tan desenvainada de la culpa sin tener que haber olvidado ni un solo detalle.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

PIR AMOR PROPIO ESTUIA DERECHOY DJA D ESCRIBIRRR

Unknown dijo...

pastillitas de menta para los desaforados...es más, poeste el de la come limones =P

Anónimo dijo...

pobre anonimo...¿estará triste o solo perturbado?

Anónimo dijo...

no



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pensandolo mejor es mas bien estupido...


pobrecito ;(

Jan dijo...

jua jua juaa.. a.a tss...

buba quere limones.. mmm... seria bueno. pac pac pac... jajjaa no molestes a los anonimos!! mejor vamos a darles pastel ;)