El alivio que viene sólo con nombrarte es tan digno como cuando el hambre, ha cesado después de rebosante cena y vino. Fulminante como levantarse apresurado del lecho: mareo que nubla vistas y entorpece movimientos. Continuo, como existir con o sin cuerpo: ha de ser la memoria quien en vastas ocasiones dicta permanencia hacia personas, animales u objetos. Consciente y subconsciente: dominada por sueño o vigilia admiro tu silueta recorriendo calles, huertos, infiernos, donde he y no he, pisado o cantado. Eres callada tumba donde suspiro y dejo flores, aprensiones, anhelos. ¡Perene gota de lluvia! antes cielo, nube, vapor, río, mar donde llora* la niña enamorada.
*La dicha máxima también procura el llanto.
...
Vuelvo al instante donde a punto de morir, nazco
soy
mi mayor contradicción.
miércoles, agosto 12, 2009
.Embebida.
Ya te veo viejita linda
vistiendo con sábanas los espejos
desconectando enchufes
juicios y entendimiento.
Mi abuela se transforma en tormenta
cuando apenas nubes ligeras pueblan el cielo.
¡Cálzate los pies, ingrata!
duérmete, serénate,
quítate la plata.
Y yo, embebida tras los cristales
ruego absorberme en tierra
ser raíz, hoja, fruto vuelto pájaro.
¡Lluvia! cristal fresco que siento
pero no me toca,
déjate caer.
¡Truéname de un susto el alma!
martes, agosto 11, 2009
.Era Orozco.
El nombre que nos faltó estuvo esperando semanas, para ser recordado. Apareció abruptamente: Orozco. Tan abruptamente como tú respirándome los ojos, resguardando mis labios necios de besarte desde hace días. Y me acobardé, cuando bastaría tu sombra para secar el por qué de éstas lágrimas, agrias por añejas. Te siento venir de la irrealidad, de mis sueños, te veo nacer del personaje que me enamoró en alguna novela que extrañamente hoy, es mía.
Sí, quiero besarte, a ti, no importa el nombre cuando te has metido en mis ojos. Quiero besarte en silencio, dejar las multiplicaciones para después, sin azucareras, destapa corchos, pinceles, clips o ventanas encendidas. Vienes armado con vasos que ocultan tormentas y yo, quiero crecer bajo tu tormenta, mojándome toda, sin secarme nunca más.
Y aunque nada es tanto como parece, lo es.
Y el miedo de saberse vulnerable, humana, acorazonada. Fue fulmimante, fue sencillo dejar que vuestra imagen ofuscara mi pensamiento. Pájaro de Castilla. Es fácil que fuera un beso y nada más, pero como bien sabes me complico, niego que era nada y nada más.
Temo de mí, de tantas palabras.
domingo, agosto 09, 2009
.Mirada extranjera.
Salían raíces por su boca, irguiéndole pecho y cuello,
vistiendo abrigo de plumas
Margarita
despertóa su madre.
Ellaasustada, tomó el rosario
y rezó, hasta volverla a dormir.
La muerte, no es de saberse
murmuró llorando frente a la hija espectro.
miércoles, agosto 05, 2009
...
Trajeron los bebés desde temprano. Madame ordenó atender a los huéspedescon máximas complacencias en virtud de sus buenas rentas, yadvirtió que, quien ose contradecirla, saldrá inmediatamente de La Casa. Comparto su temor, ponerse a órdenes de la iglesia es iniciar negocios en nuevo territorio, asegurar acciones, mobiliario costoso yla posibilidad de utilizar conventos, capillas e iglesias. ¿Quién no ha imaginado cinco hombres eyaculando a tiempo sobre el depósito de agua bendita? Madame sí, hazme un instrumento de tu paz, dijo en alguna ocasión tras la rendija del confesionario. Porque ¿qué sería de Dios sin nosotros? cuestionó rebosante en orgullo. Sin él no somos nada y viceversa. Desde sus acuerdos con la élite católica anda contenta, amable, tan solo en la escena de ésta noche se dará el lujo de incluir treinta infantes no mayores a un año. ¡Ni se les ocurran mayorcitos! amenazó a Jacobo y Augusto. ¡Sólo niños con paso inseguro o gateadores! ¡Este negocio compromete nuestra vida! Si la vida se basa en fondos económicos, pensé al verla recorriendo sistemáticamente su despacho, enterrando despiadadamente los tacones en la alfombra persa, lo hace cuando debe ser obedecida sin chistar. ¡Bien alimentados y graciosos! Ninguno de nosotros quisiera lidiar con enfermedades de baja sociedad. Y como era de esperarse, luego de semanas, resultó. Bastó sobornar a varias nanas de la cuidad. Los niños llegaron desde temprano ésta mañana y fueron atendidos por nuestros mejores sirvientes.
Desde la ventana seguí su arribo. A las diez trajeron cinco rubios regordetes, clase medieros, de haber sido menos hubiera detectado pestilencias aún más amargas,pastas bajo la nariz, suciedad de pobre, qué mal gusto. Pasadas las once, mientras elegía mi atuendo, escuché lloriqueos, estaba entre corsé púrpura o verde agrio, su imparable algarabía me desconcentró y perdí el número de pestañas que llevaba sobrepuestas. Entre balbuceos tomaron la sala cual pequeño ejército enano, parecían pingüinos tambaleándose sistemáticamente alrededor de la mesita central. Trajeron blancos, morenos, pelirrojos, bebés: son todos iguales:pañal de tela, hilos de baba, cabello corto,brazos lonjudos, olor a leche. Y Me decidí por usar el corsé blanco, fragancia seca, no muchas pestañas postizas. De manera inimaginable Augusto y Jacobo irradiaban paciencia entre tanto moquerío. Un pequeño logróconmoverme al intentar pararse con las manitas apoyadas en la boca del jarrón esquinero. Es moreno de ojos miel, sugerí a Madame quedárnoslo, enseñarle buenos modales y usarlo en ocasiones especiales, pero replicó que generan gastos emocionales y financieros, pérdida de proyección enmujeres jóvenes, “además querida, la sangre es la sangre”, dijo hundiéndome sus ojos de gata astuta. Me irrita cuando objeta mis decisiones, la ridícula piedad que simuladándome otro presente para amortiguar su negativa. Cuando pedípeces y un pequeño calamar para mi habitación se negó rotundamente, “no soportoolor a sal ni en sopa”. Me envió al mar seis días, coincidentemente cuando hubo de visitarla su amante más viejo. Él vendráésta noche y frente a él pediré de nueva cuenta mi pecera, nos acompañará a cenar y después del espectáculo no podrá negarse. Resulta extraño que Madame acceda a que su amoroso disfrute con las perversiones de nuestro nuevo cliente, supongo le llegó al precio por tratarse del Sacertote D. y la madre senil del Juez R.
Nueve pasadas meridiano. Cualquier alma importante dentro del salón central: Madame, Jacobo, Augusto, Señor Amante y yo a la mesa,listos para cenar. Frente a nosotros el escenario iluminado en amarillos muestra una fina bañera de porcelanacargada con vómito espumoso. Las oraciones, a priori evento y degustación, corren a cargo de Señor Amante. Señor bendice éstos alimentos, a tiempo comienza el desfile de infantes que vomita con excelso orden dentro de la bañera, tu generosidad nos ha glorificado, algunos lucen pálidos por efectos del laxante, Madame sonríe apretando sus enormes pechos contra la mesa, porque sin merecerlo nos da de comer, entre la oscuridad aparece en escenael Sacerdote D. desnudo y se coloca del lado izquierdo de la bañera, prepara nuestros corazones para recibir tus regalos, la madre del juez R. con su prominente vientre que, incluso le cubre el sexo, se apila del lado derecho de la tina, Augusto soba sus manos, no puede esperar a que los treinta niños terminen de vomitar para aplaudir, se levanta en silencio, porque son tus regalos la mayor recompensa, mientras los infantes ruedan y gatean, alrededor del escenario, un mozo sirve dos copas con deshechos recogidos del piso, Sacerdote y Madre pudiente se introducen a la tina, brindan y entre gritos y sollozos de bebés, estimulados por la deshidratación, comienza a elevarse en erección nuestro Eclesiástico. ¡Glorioso Amén! grita Señor Amante, màs de cinco pulgadas, ¡Así sea! respondemos a tono, alzando copas y sonrisas.