
domingo, mayo 24, 2009

miércoles, mayo 20, 2009
Imagino que ya viste el rayón que dejé en tu pared de litio. Sí era crayón, crayón verde con dientes incisivos, in ci si vo, no sé lo qué es pero me imagino un diente mordelón. Cariño lo siento, no, no es cierto, no siento ni madres, cuando el pequeño escarabajo entró a nuestra cocina con su cuerpecillo asoleado no pude evitar que mi lengua se alargara, lo enroscara y se lo llevara de un rápido latigazo hasta mi boca. Me lo tragué, pero no entero, mira todavía brilla y está calientito. ¿Quieres que lo saque de mi panza para ti? ¿Puedo pedirle disculpas? No, no quiero. No, no hoy, tengo hambre. Ahora tendrás que llamar de nuevo al gerente de piso para que envie a la merolica cuenta chistes.
Y luego ese poema de los puntos, las pecas, las manchas, las goteras o cosa parecida. Cariño, cómo que dos puntos, no es barato escribir de puntos sin que duela el corazón porque no imagino quién es el otro si tú debes ser uno. Y yo no quiero ser un punto, un puto punto en la punta tuya, una mancha, un destino, un eje, no otra vez con la geometría simplista de círculos, centros, chacras. Quiero ser un triángulo entero regordete y amarillo, quiero ser la distancia entre los tres vértices y no una parada de emergencia señalada con un punto de usted está aquí, odio la absurda permanencia, estar varada como granito de sal que olvidaron en la mesa y espera el trapo que lo tire al suelo.
martes, mayo 19, 2009
martes, mayo 12, 2009
lunes, mayo 11, 2009

Anfibio, llegaste a bordo de un ojo fatigado.
el refugio de los hambrientos.
sábado, mayo 09, 2009
viernes, mayo 08, 2009
jueves, mayo 07, 2009

¿Eres tú mi forastero?
miércoles, mayo 06, 2009
martes, mayo 05, 2009
lunes, mayo 04, 2009

domingo, mayo 03, 2009

sábado, mayo 02, 2009
viernes, mayo 01, 2009
viernes, abril 17, 2009
domingo, abril 12, 2009
jueves, abril 09, 2009
Llevo una tristeza de muerte en el alma
Jesucristo
Pensaba mole y arroz para el aniversario de la niña, queso, ate de membrillo, manteles bordados con tonos naranjas. Pensaba tener tres mujeres que fueran dándole a las tortillas mientras los invitados comían entre vasos de horchata, tequila y brandy. Pensaba chilaquiles picosos al amanecer. Pensaba y ya veía a Doña Chefina alabando mi atención, agitando su abanico sobre esos dos enormes pechos que parecen saltarle del escote negro, guarda luto desde hace veinte años, en el vestido pues, todos saben de sus buenas cogederas con el carnicero de la Reforma y Quinta. Pensaba usar mi vestido azul rey, el cabello recogido en chongo y medias negras. Pensaba festejar en el rancho Las Gaviotas, decirle a Chepa del postre, capirotada con coco, nuez, pasas, chispas de colores y un poquito de miel. Pensaba desempolvar la talavera de mi madre o los platones de barro, aún con la visita segura de Don Eustacio, viejo mañoso, cada fiesta se lleva nomás un recuerdito niña Julieta, muy despechadito se guarda un salero un cenicero o un servilletero, amante de lo ajeno viejo cabrón, jamás se inmuta, la última vez se llevó el retrato de papel maché que hizo Raulito en la escuela y cuando fui a su casa me pidió sin la más mínima inhibición que consiguiera la parejita para tener a sus dos hijos, que en paz descansen, envueltos entre colores alegres. Pensaba a mi marido vestido con la camisa colorada, inflando globos y chismes al lado del compadre José, el año pasado Andrés se nos puso morado con la primera bolsa de veinte y Chayito pasó la tarde chillando nomás de pensar que se le pudo haber ido tan joven. Ah pero ni hablar de Nacho, ese sí es rete bueno pa´ soplar y soplar, hasta parece que está haciendo chamacos, tan bonitos, María, Evangelina, Jorgito, Regino, Pascual, Xochitl y los cuatitos. Pensaba en ellos, en el aniversario de tres años de la niña, pensaba en Renato cantándome de cerquita alguna de Agustín Lara con esos ojos de borrego enamorado que me seducen len ti ti to y luego pensaba otra vez en los niños, corriendo con algún pajarillo entre las manos, persiguiendo al perro, con rodillas raspadas, pensaba, sentía el calor del rancho entrándome por la nariz, llenándome los abrazos que me faltaron de mi madre. Olor a hierba, música de viento, pensaba mis pies sobre la tierra prieta y pude imaginar clarito un huisache enorme que se alza como quien sabe está dentro de su territorio, a lo lejos la presa llena y pensaba pensaba, pero la verdad es que al oír el último llamado para abordar el camión directo a Cholula dejé de pensar, se me fueron el alboroto y el festejo en un suspiro. Cuando sólo quedan pensares no queda más que correr hacia lo real, dar rumbo a lo más lejos posible donde sólo existan nuevas tristezas y sonrisas de todas, donde no haya ni vergüenzas ni más pinches llantos ni decepciones ni muertos ni él, ni días largos donde uno se la pasa pensando puras realidades que no existen.
viernes, abril 03, 2009
viernes, marzo 27, 2009
reverenciando la obvia sucesión del tiempo.
Sola, con ojos de perro
desperté lamiendo banquetas
rasguñando basureros, besando múltiples
pupilas vacías de mí.
por tradición, sola
jueves, marzo 19, 2009
Dicen que estoy tocada, pero tumbarlo de un sartenazo fue puro buen tino de no quería aunque igual te lo merecías y ya qué. Mire doc no estoy mal de nerviosismos, si lo noquié con el traste mientras tragaba frijoles puercos fue porque compró leche Lala. El cabrón sabe cuánto se me hincha la panza, sabe lo mal que me pone esa puta leche y de todos modos siempre termina trayéndola. Al principio iba y la cambiaba pero verdá de dios que salgo jodidísima del puesto de quesadillas. Yo le digo amablemente, Pancho por favor te encargo que no compres Lala, me suelta las tripas. Y es cuestión de cinco minutos pa´ verlo cojeando de regreso con las bolsas transparentes donde alcanzo a ver la Lala. Me ignora con los taponsotes bien puestos, es adrede, si viera que clarito lo imagino frente al refri del súper pensando entre Zaragoza Vaquita, Alpura y mejor le llevo Lala pa´ ver si así adelgaza la pendeja. Si ya sé, no soy talla cinco desde hace diez años, soy múltiplos de cinco tirándole ya al cien ¡pero el cabrón tiene la culpa! No puede quejarse si no me lleva una ensaladita cuando me la paso todo el día en el mercado. Si no engordas por tragar, engordas nomás de puro oler el cazo de las quesadillas y me cae doc que por la nariz también crece la panza. ¡Imagínese! tengo treinta años guisando bolas de maseca, pero no puedo lograr que éste cabrón se amase ni pa´ traer lo necesario de la tienda. Todos los días doblar tortillas, rellenarlas y echarlas al cazo, eso hago yo, eso sé hacer yo, así como antes sabía ponerlo loquito mientras hacíamos el amor. En mi vida he manoseado un chingo de ordenes, si le contara, aprendes mañas, prefieres tal o cual marca de maíz, descubres cómo agarrar la tortilla con la pala sin desperdiciar mucho relleno. El bisnes es sencillo, bajas la tortilla lento sobre el cazo y volteas de zopetón en chinga uno dos, recoges con cuidado la quesadilla ya frita, inclinas pa´ quitar la grasa innecesaria y dejar nomás el exceso rico, te limpias el sudor de la frente, respiras, sirves y listo. Y ahora pienso que algo así debí hacer con mi Pancho, quererlo y exprimirle solamente lo que sobra pa´ no dejarlo seco. El aceite termina por quemarse la cama también. La verdá que nosotros con tanta lonja ya ni cogemos, cuando nos abrazamos quedamos tan lejos que mejor terminamos poniéndole a la tele, programamos apagado automático y ps ya sabe la repetición de Lolita Ayala o el fataché. Es rebueno eso de tener entretenimiento pa´olvidar que uno anda siempre jodido sin recibir siquiera un diploma. Verdá de dios mi doc que deberían darnos papelito, trabajamos más de diez horas y aparte las quesadilleras ofrecemos hartos beneficios a la gente. Ire, viernes y martes preparamos huitlacoche, sábado de champurrado y miércoles de trague lo que pueda por cincuenta pesos. Es todo sabiduría, panza llena corazón contento. Yo desde chica le hago a las quesas y cuando agarras gusto te quedas. Entré a los trece cuando mi apá murió, él si era un caballero y usaba loción del sanborns, no como el Pancho que apesta. Ese nomás dice, es que yo soy poeta mi Magda, ¡Poeta cabrón! tan siquiera antes me dejaba algún verso escondido dentro del chal o en el puesto, ahora nomás trae esa puta leche Lala. ¡Cabrón egoísta! Usté nomás piénsele doc. ¿Eso es amar? ¿Cuánto le cuesta agarrar otra chingada leche? Mera voluntad mi doc, a las personas les falta puritita voluntá. Pero por lo pronto a ver quién puede más, si yo con la panza mala o él con el chichón del sartenazo. |
domingo, marzo 15, 2009
Se siente el Marlon Brando en sus primeras mubis: chingonada. Llega tarde, pide lo mismo que tú, modales innecesarios del siglo ya pasó, y en menos de lo que te tragas un gallo apunta con la bic como si trajera una puta pistola. Qué gustazo corazón, como sabes soy Edmundo Ferrer, periodista de El Heraldo. Si te sientes más cómoda guardo la libreta y uso la grabadora, aunque prefiero no abusar de modernidades, ja-ja-ja. Ay darling darling, es más in echar entrevista a mano ja-ja-ja y se tapa los dientes como si fuera a contárselos. Tenía unas ganas así aerostáticas de conocerte, ja-ja. Sus lambisconerías a mí también me traen ganas pero de guacarear sobre mi passport o en el suyo mejor, porque ya no traigo pa´ otro trago. Este tu humilde servidor prefiere bic y libreta, dan un caché más retro. Pendejo. Lo vintage no quita lo plástico. Además cuando no usas pilas ni casetitos contribuyes a cuidar el ambiente, ¿o no te parece preciosura? Ni pío. Pendejo, otra vez, y además hippie. Si antes había pensado llevármela tranquila, asentir con la cabeza o usar hermosos monosílabos me retracto. Ni me muevo. Ni me muevo. Siempre he creído que la ventaja de usar grabadora radica en poder utilizar citas textuales, tener pruebas en caso de demanda y claro, mantienes la vista fija sobre el entrevistado. ¿Y entonces lindura? ¿Comenzamos o esperamos otro vasito? Sonrío, por lo del vasito. Mi salud mental me obliga a orinar, me levanto. Debo ser cortés para completar su entrevista y el dinero para mi viaje. Pendejo, BIC.
Cuando regresé con las manos oliendo a palmolive guaraná ya tenía otro wiski servidito. El mesero, que es mi carnalote desde el primer ¿lomismodesiempre?, nos trajo unas tiritas de carne seca en salsa valentina. Él antes bien nombrado Pendejo, que desde ahora será con mayúscula propia de nombre propio, seguía con libreta en blanco. Se movía levantándose ligeramente del asiento para acomodar su chaqueta y evitar horrendas arrugas bajo su seboso trasero. Daba vueltas sistemáticas a su popote haciéndose el interesante. ¡Ay mijo! si supieras que a éste bar nomás vienen maquileros y estilistas, carniceros, taqueros, gente con quehaceres más imprescindibles en la vida que leer tu columna, y yo no soy la excepción, pero leer y salir es distinto, por la morralla. Cago orgullo y completo viaje a dondesealejos para hallarme algún olvidado, regodearme en sus extravagancias y virginidad de soy ñoñoestoifeo por eso no salgo con nadie hace un chingo. Con lo que me gustan los rechazados, escondiditos, tímidos ratones hurga cajones de abuela en busca de libros, discos, revistas y hasta instructivos de cómo usar la máquina Singer. A veces con el tiempo se vuelven interesantes o al menos eso dice la banda, y allí yo patitas pa´ qué las quero. Bien, ¿desde cuándo dices que escribes? me lanzo en busca de otros meandros. Desde los trece. Quiero largarme a Francia, conocer el barrio Montparnasse y Ruán, susurrar teté, memé, see see. ¿Qué te gusta de escribir, qué motiva a una dama tan joven a deletrear tanto la vida? Aunque igual más cerca sería harto barato, Machu Picchu, hojita de coca, aire despejado, sí sí. María puede conseguir credenciales de estudiante y sale a la mitad, aunque no sé si viajes internacionales hacen rebajones. También podría ir acompañada, compartiríamos gastos y mira acá allá acullá. Ay no, luego nadie aguanta mi empedernido vagueo, Antonia ya no quiero caminar bla bla bla… Entonces ¿qué te motiva? Ah, sí yo creo que... Agacho la mirada al passport que va dejando entrever la urgencia de pedir el siguiente. ¿Por qué servirán el wiski en vasos enanitos? Cuadrados rechonchitos como el wey que me pichó taxi antier jueves. El trabaja con vacas y me regañó por tomar tanta agua, dijo que a éstas bestias les dan tantos litros por kilo, sacó cálculos y según mi peso yo debería tomar poco menos de litro diario. ¡Darliingg! noc noc, tenemos que empezar la entrevista. Ah sí, mo ti va ción piensa piensa. Escribir es como respirar y ya, lo haces sin decir: ay ora voy a llenar dos hojas con letras que hablen sobre la paradoja de los gemelos de Einstein y luego Jaimito se va al espacio, ingresa dentro de un circo para poder mandar giros intergalácticos a su mamacita que vive en Coyoacán y además envejece menos que el hermano. ¡Vergas! Bueno a veces sí planeo pero procuro ser menos organizada para no deprimirme. Odio pláticas premeditadas, citas previas, pagar por adelantado. ¡Darling! ¡Wake up! Me desespero con eso de a las 9:30 en tal o cual cafecito, me dan nervios hartos esperar. Lo que me hace pensar, ¿qué hago aguantando este Pendejo con saco rosa plash y pestañas postizas? Odio sus zapatos amarillo maizena, no deja de mirarme ni un segundo, no puedo pensar. Espero tu respuesta querida. Ay ora muy indignado, como si yo le hubiera escogido ese tono para labios. Tac tic tac tic (nunca he entendido porque siempre empiezan con el tic). Para estas alturas mi entrevistador ya estaba desquiciado. No sé si por falta de respuestas o porque llevaba cinco wiskis y tenía la idea de que él pagaría mi peda. Deberían darle viáticos en su periodicucho tan siquiera pa´ tener a gusto al que va a ser columneado o más bien calumniado. Con los alcoholes las respuestas salen aprisa y sin adorno. Mira mona, te haré preguntas más sencillas, con lo que bien que te tienen en la redacción pensé que serías más smart y menos estorb. Pendejo. Hablemos de inspiración, ¿de dónde proviene la tuya? A la troya, esa palabra siempre me ha dado miedo porque la inspiración no existe ni para cagar. Tec tuc tec tuc. ¡Mujer! no has dicho una sola palabra ¿te quedaste muda pué? y allí que se le sale el acento regio, jajaja. ¿Qué pasa por qué ríes? No nada chulo, mira así te la pongo. Escribo a escribo ante bajo escribo, con escribo contra de escribo desde que escribo. ¡Y lo más importante! entre escribo y en escribo hacia escribo, escribo por escribo según escribo, aunque a veces sin escribo escribo sobre escribo tras el escribo. Y entonces sí que se levanta mi compa todo endemoniado, deja cinco billetes azules sobre la mesa, se acomoda el chal plash y se va, se va, se fue. Y yo me iré también, sí, a cualquier lado con su dinero. Mañana envío una carta a la redacción. Pendejo.
lunes, marzo 09, 2009
viernes, marzo 06, 2009
domingo, marzo 01, 2009
Bar Tres Gallos, otra vez. Apenas lo vi me sedujo, fue como inesperado alucín de nomás le di un jalón y mira cómo me puse. El vato se veía tan loco que cuando pensé en ir al wáter no sabía si darle vuelta o aprovechar su borrachera para zamparle un beso, bajarle una morralla pa´otro pisto; porque una cosa es ser fachosa empedernida y otra los wiskis nais que no completo cuando me hundo en la jarra. Total que me levanto, Roberto grita que deje los cigarros, Martha le mete la lengua a un wey de vaqueras y yo que pensé en darle vuelta y besos y lana me tropiezo con una silla para ir a parar a los brazos del extravagante moreno. Sa bro so… no me gusta ese adjetivo pero ay qué bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas, son negros... y seguro tienes unas manías igual de oscuras por como apretaste mi cintura pa´ salvarme del chingazo. ¿Psss qué pasooo? ¿ta´ bien la chula? me agarrrra, me cuenta las costillas, los dientes, y reconstruye mi virginidad con su aliento a borrachote. ¿Nos echamos otra pa´l susto? Pues va. Tráigale lo que pida y entre el va y viene ya son cinco caballos los que galopan dentro de mi cuerpo, amenazan con salir desbocados en forma de vómito o sexo re-re-editable, osea alternas rostros y recuerdos al tor-són de sus caderas. ¡Los Cigarros Jaan! ese Roberto puto que no sabe cuando uno tiene la choya ocupada en el negocio y la baba mojándome desde la lengua hasta el culo. ¡Aviéntalooos! me cae de a madres que es la última vez que lo cargo, si nomás falta buscar otro joto que nos presente con la alta alcurnia de sus contaitos pa´ seguir vendiendo nuestros bisnes y los del Alejandro que ahora recuerdo no le llamé. Andaba rete triste porque robaron su morral con la revista que acababa de imprimir y nuestros poemas… ¡Poemas! Ja-ja-ja se burla a cada rato mi progenitor mientras junta las pelusas de su ombligote, yo cierro la puerta para no oir que hasta su cagada tiene más forma que mis versos, ¡ay moreno, chulo!, ¿pero tú no eres así verdá? me revuelvo entre el neón y el rechazo de mi padre, ya me acuerdo porque de a ratos pienso que no me gustan los baris: andan siempre achacándonos nuestros defectos, ay viajadota, les hablas tantito de algo real y bostezan… te sueltan sin preguntar cómo estás, no han de saber tu segundo nombre pero qué tal cuántos lunares entre cuello y nalga, se nota que no te cuestan las cosas, dicen si pierdes algo “valioso”, si tú no estabas allí, no sabes si lloré o ¿qué se supone debo hacer cuando el ratón ya torció?; además al fin es materia y me encanta pensar que soy poeta, como hoy que mejor me llevo estos ojos al colchón pa´ contar los resortes uno por uno y luego olvidar el número, porque claro, estaba clavada en otra cosa. Percibo un torrente inundándome cada recoveco, hasta me dan ganas de sentir y mañana al recordar volver a sentir, así como cuando dices ¡me enamoré! sin éxtasis ni nada, ¡a la antigüita!, con besos, miraditas, recaditos... debí llamarle a Alejandro, ¿dónde andará? ¿por qué no me marca? yo todavía pienso en él, los paseos de la Liber a Coyoacán, sus tacos a plena madrugada, si viera cuánto lo amo, así me caigo de a madres de chingonota tenía que llorar la última vez. vodka, wiski, chela, me echaré otro después de éste pa´ poder empinarme al moreno un rato, ponerle cara de Alejandro y con suerte escribir algo. |
viernes, febrero 27, 2009
martes, febrero 17, 2009
Mis lunes mudos Me se la lengua traba cuando apareces, me agarras de improviso con la mente ocupada y las manos embarradas de letras que intento acomodar; apareces así nomás cada lunes desde hace tres meses y no he aprendido a esperarte. No termino de sacar la cabeza del cuaderno cuando ya te sentaste y prendiste uno de mis tabacos. ¡Bonita! besas mi mejilla sin compasión, no tomas en cuenta que elevas mi pulso, estar al aire libre no me hace ajena al pánico: CLAUSTROFOBIA, así defino tenerte tan cerca, se me va la respiración en lentas caracolas que atraen los árboles hacia la mesa, las banquetas se achican, el cucú resuena tan fuerte que siento como el corazón y el graznido de las palomas pueden derribar los alrededores y todavía esperas escucharme, ¿qué diga qué? ¿hola? ¿buenas tardes? no hago ni pío, toso, intento simular que mis nervios son mera indiferencia. Estoy bien, sí, ¿y tú? ajá, me miras con esos ojos que parece nunca abres, es como si el sol diera siempre sobre los parpados que como conchas tiernas llevas puestos, me trabo, sonríes, preguntas si terminé mi artículo, ¿escribiste algo más?, léemelo. Yo siempre recibo de buena gana a los escuchas pero hoy me rehúso, temo, sudo de horror al pensar en abrir mi cuaderno, mostrarte mi letra agachada, dislexia múltiple, falta de ritmo, entonación, coherencia enjutada como mis labios que desean pegaditos los tuyos y me pongo idiota, olvido cualquier tema, pierdo mi habitual sarcasmo, olvido el libro de los pájaros que hallé hoy en el anaquel de la biblioteca con unas letras doradas en la portada, hay tres tipos de plumas y pensé contártelo cuando lo leí, pensé en ti porque escuchas atento y además las aves son mágicas, las plumas son de keratina y pueden regenerarse en dos meses, las golondrinas viajan de noche, y cuando logro explicarte las tres principales rutas de migración se me olvida lo demás, los patos, terodáctilos, dejo de pensar en el búho blanco cuando acaricias tu cabello, escuchas; eso me pone más nerviosa, no recuerdo nada, no puedo contarte que compré nuevos colores, cambié dos libros, terminé a Sartre y Beauvoir y Bovary; vendí a Camus y Flaubert decía que los artistas siempre prenden una vela al diablo y una al demonio… necesitan ser desvergonzados para excitar la imaginación… pero me perdí en tus mejillas, se ven mejor sin barba; y preguntas cómo se pronuncia Beauvoir y mientras torpemente miro tu boca, explico que laaa primera be con los labios para afuera, la segunda para adentro y siento como me sonrojo porque imaginé tu lengua, te acercas, me asusto, pierdo la serenidad, tiemblo, muero, me empino rápido la cerveza aprovechando que se acerca Joaquín, el niño de los mazapanes, rápido nos abraza, respiro asustada con el corazón en chinga. Fuf. Es un buen lunes, que coincidencia, ajá, Donde ande si es lunes me encuentras, puedo estar en el parque y me salpicas con agua de fuente, saltas de entre las plantas de la biblioteca, pasas mientras cruzo cualquier calle, saco copias o compro cigarros… y qué.. la verdad me empezaba a preocupar que dieran las ocho y no te había visto, quería decirte de las aves y la diferencia entre los huesos del brazo humano y sus alas que son tres principalmente, pero no lo dije, y también pude decir que enfermé, terminé las correcciones para el libro, la exposición, pero no. doy un trago a mi cerveza, me quedo inmóvil y tu pacífico cantas con Joaquín que se sienta para cenar con nosotros, y rio y sudo y espero y juro que recuperaré el habla para otro lunes. |
domingo, febrero 01, 2009
A veces no queda sino luz de monitor, Bandeja de Entrada (51); y vacilo en dar clic para poder negar mi soledad y pasar desapercibidos los 51 correos que seguramente son basura sin remitente preferencial. Quito la mano del maus y contengo la angustia, ya nadie me escribe, clic o no clic, es como estar a un botón de que te echen en cara tu insignificancia, que te lean el presente; ese es el tiempo que más duele porque siempre está. Pasado y futuro se olvidan, idealizan o reconstruyen, pero cuando la soledad se conjuga en presente cala de a madres y sueltas el maus, decides no seguir para imaginar palabras que nunca llegan, porque nadie se preocupa por acomodarlas o inventarlas para ti. Y si alguien escribió no sabré, a la mejor se arrepintieron de negarme el trabajo, alguien mandó saludos o pregunta por mi operación. No. Estoy segura de que la correspondencia es algo viejo, los “cómo estás” se reciben y dan por compromiso, se extinguieron las cartas, telegramas insomniales, risas personalizadas, abrazos, mitos que me revelaban verdades y mentiras dolorosas, obscenidades y algunas manías religiosas. Mail para la señorita del sombreritongo rojo, comí un sándwich con frijoles y queso, perseguí un gallo en el Tec, salí temprano… Narrar un te amo, diarreas, puestas de sol, urticaria, sentimientos, juegos y versos era imprescindible, contar una vida real o imaginaria a otro y que èste se interesara era importante, me hacìa feliz, mis anècdotas valìan al ser leìdas. Enviar era como existir y podré sonar débil, frágil o hasta vouyerista, pero algunos como Sartre creen en la extrema semejanza entre una vida narrada y una vivida. Leer, releer garabatos y colocarse algún sentimiento, sentirse poeta o filósofo. Pero párrafos y versos se quedaron atrás o yo me quedé allá y siguieron avanzando, largaron a un sitio donde yo no tengo acceso. Eran una o dos cartas por semana, mis favoritos eran esos de Sin Asunto, los que no tenían qué decir y contaban lo demás. Ahora mi buzón se llena de comunicados con fanfarronadas políticas, promociones, invitaciones a realidades alternas donde se juegan carreras de ego entre fotos y número de comentarios, hasta hice un blog para sentir que era leída cuando ya nadie escribió. Hasta hice un blog. Pero ¿de qué te sirven dos comentarios? Obviamente no funciona, no se pone el todo, no existe de antemano la complicidad, el juego honesto de dos o hasta cinco, la intimidad. Bandeja de Entrada 51, 18, 29, 136, los números no importan, el silencio siempre es el mismo.
lunes, enero 12, 2009
sábado, diciembre 27, 2008
.Campo Minado. Dicen que sólo el miedo puede cortarle los cuernos a un diablo, ni el arrepentimiento, moral, conciencia o eso que llaman religión consigue triturar sus cuernitos. Y pasa, el miedo de buenas a primeras te hace saber en un cuerpo con condición de indigente. Eso al contrario de lo que dicen le ocurrió a Rumná, perverso treintón de barbas negrísimas. Cerrado por fuera como quien vaga sin reconocerse en su propia tribu, marchó sin despedirse con una bolsa de plástico bajo el brazo izquierdo. Sí el izquierdo, porque es el único que le queda. Andar en campo minado acaba con el cuerpo, nervios y alma; y lo vale, dice Rumná mientras cepilla su barba con un delgado peine. Él te mira fijo y aconseja que te quedes entre las minas buscando un amor, sufriendo las mutilaciones de quereres no correspondidos, la desilusión de creer que la explosión es inminente y nada; perder ojos, labios, andar flotando estupefacto sin un solo pie con el pecho destrozado. La enfermedad viene de la soledad que nos enseñan, y el dolor siempre precede a la auténtica sanación. Sólo vagando hallarás la mina que una vez él tuvo. Aunque me quede con el puritito pecho volveré a buscar, chillonea Rumná. ¿Qué más da dejar caer la cola y los cuernos? Siempre conviene buscar el amor en este campo minado, donde con un poco de suerte explotarás al pisar una estrella. |
jueves, diciembre 18, 2008
Soñé la locura. Con tres dientes enteros y uno a la mitad, el viejo Mago alza su capa ante cualquiera que pase por la calle antes del amanecer. Bailotea torpe en sus delgadas piernas frente a la carreta que lleva impreso su nombre con letras doradas. ¡El nombre es para los simples! y la señora que pasa se queda mirando, saca una moneda dorada de su delantal y la ofrece al anciano. Nadie compra sin vender después, sube temblando al cuarto mohoso, repleto de objetos chinos, hojas de manos a carbón, tinta y gis rosa. Se sienta y él la envuelve en un rancio olor y misticismo. ¡Su nariz asoma por delante de todo su cuerpo! Los hombres no deben hablar a cambio de dinero, y sin embargo aconseja el rancio dandy: Recuerda que donde despiertas, no es el mismo lugar donde dormiste. |
Tengo que irme por aburrimiento. No llegó. Antes de saber le ofrecí quedarse en casa. Y hoy sé que debe estar curado, de lo contrario seguiría a mi lado. |
martes, diciembre 16, 2008
lunes, diciembre 15, 2008
martes, diciembre 09, 2008
lunes, diciembre 08, 2008
viernes, diciembre 05, 2008
...
No puedo desistir más, y si me observa un Dios verá que tengo necesidad de hacerlo. No es que no me controle, es que no puedo contener placer sin evitar disgusto. Josias. Josias comienza a desvanecer mi necesidad de reposo, guía mi silencio hacia el peso de sus ojos serenos. No encuentro más jugoso manjar, ni el arte ni el fuego, es una deleitante criatura de cuerpo recto, piel blanca, aliento dulce, cuello de miel… Josias… estoy a punto de entrar en trance y mientras imagino su doble boca la idea se hace real entre mis manossszzss...
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